domingo, 27 de enero de 2013

Crítica de PI: Fe en el caos




Es bien sabido que las películas de Aronofsky son algo especiales, tienen algo único que las diferencia de otras. Mucha gente las aplaude argumentando que son grandes obras mastras y otros las repudian tachándolas de baratas pretenciosidades. Pi supuso para Aronofsky su primer largometraje, un filme oscuro que nos cuenta la historia de Max un matemático obsesionado con el número Pi y su significado.

El director nos sumerge poco a poco en la mente del protagonista pudiendo sentir su angustia, su paranoia y finalmente su creciente locura. A esto ayuda la gran interpretación de Guillete como Max, la brillante fotografía kafkiana en un blanco y negro asfixiante y la música de Clint Mansell que resalta el hipnotizante ritmo de la película. Pi está llena de idas y metáforas que se repiten constantemente: El cerebro podrido, el vuelo de Icaro hacia el Sol, la presencia de Dios en las matemáticas; todas ellas parecen interconectarse en un punto, el protagonista y sus extraños pensamientos.


Aunque haya momentos en los que el ritmo de la película baja levemente y parece como si le faltase alguna idea más que desarrolar, el resultado general es brillante. Quizás Pi sea una película un poco extraña e inusual pero lo que está claro es que no deja indiferente a nadie; su estética, su historia, su música y misterioso final hacen de ella una más que interesante obra.

PUNTUACIÓN 7,5/10

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